Nuestra Historia

Casa Acosta

La raíz de un sueño

Viña Casa Acosta fue fundada por Nelson Acosta, reconocido hombre del fútbol sudamericano que al llegar a esta tierra decide «echar raíces», formando un hogar con aires a su natal Uruguay en el pequeño poblado rural en el cual se crio «Estación Francia», estación ferroviaria de pocas casas donde fue cazador y telegrafista, entre otros oficios con los que empezaría a ganarse la vida. El nombre de su pueblo lo hacía pensar, en aquel entonces, en un lejano país europeo, mismo al que más tarde llegaría como director técnico de la selección chilena de fútbol en 1998, año en que comenzaría a plantar los primeros viñedos.

La Viña es el reflejo de un modo de vivir basado en el apego a la tierra y la raíz familiar, pero también del peregrinaje azaroso de la vida y sus intrincados misterios: «Estación Francia» es el nombre del lugar de su niñez, así como del país en que se realizaría el evento más importante de su carrera. Un territorio de fuerte tradición vinícola en el viejo mundo. Por otro lado, Chile representa el nuevo mundo y la posibilidad de un nuevo hogar, la tierra fértil americana de clima idóneo para la producción vinícola donde han pervivido cepas ya perdidas en Europa: el país donde amó y vivió la mayor parte de su vida, nacionalizándose chileno en 1986.

Nelson adquiere los terrenos de Viña Casa Acosta poco antes de viajar a Francia a disputar el mundial. Piensa, como guerrero previo a la batalla, en la historia de su familia, desperdigada por diversos rincones de América. De pueblo en pueblo, de país en país y de persona en persona, en cada lugar han forjado una huella y florecido una nueva semilla.

Hoy gracias a su hijo Damián Acosta, esta semilla que años atrás era solo un sueño, floreció en la preservación de un oficio que nos conecta con lo profundo de nuestra identidad y de nuestros sentidos. Artesanía antigua y moderna a la vez, realizada a escala humana con una perspectiva autoral, es la expresión cotidiana de una visión de equilibrio y sabor.

Una aventura de autor en la ruta del vino por el valle del Cachapoal.

Un cálido recorrido

Ovejas, chivos, conejos, gansos y avestruces silvestres nos reciben al llegar. El ambiente es familiar en todo sentido. Cada detalle tiene una historia que contar y es que las circunstancias en que nació la viña son más que una simple anécdota: definen nuestro modo de hacer y sentir el vino.

Todo el proceso productivo se realiza manualmente en cada una de sus etapas: maceración, fermentación, descube y prensado, filtración y envasado; todo sucede en las dependencias de Viña Casa Acosta, en un ambiente donde cada vínculo es de persona a persona y todos quienes forman parte del proceso productivo son viejos conocidos.

La primera producción oficial se completó en 2003, donde lanzamos 1.200 botellas de 750cc. A la fecha se producen 7.300 botellas al año. Dos mil Cabernet, cinco mil Carmenere, cepa característica de Francia y actualmente de Chile, a las que se suman trescientas botellas de Tannat, cepa típica del Uruguay.

Una historia contada en tres actos

«Ombú» es el nombre de la primera línea de vinos producidos por Viña Casa Acosta. Su nombre encierra lo esencial de este proyecto: es un árbol característico de Uruguay, el más común de ese país, de raíces grandes y fuertes que sobresalen por encima de la tierra. También es un árbol que se encuentra en muchas plazas del Chile interior del centro-sur, en los pueblos donde se produce el vino. Es nuestra manera de decir que esto viene de raíces profundas, de la patria y de la tierra, que no por estar lejos físicamente, dejan de estar siempre presentes.

El sueño sigue su curso y no se detiene. Prontamente les presentaremos la segunda línea de vinos de nuestra producción, el Gran Reserva «Estación Francia». Pero, como ya se vio, esta historia se cuenta en tres actos: Nuestra tercera producción, fruto de la experiencia y el trabajo de años, ya tiene nombre y será un definitivo homenaje a nuestro fundador a través de la serie Ícono «Nelson Acosta».